5 ACTITUDES Y UNA MARAVILLA QUE EL MUNDO EJECUTIVO PUEDE APRENDER DE MI MASCOTA

Recién festejamos en mi familia el cumpleaños número 4 de mi mascota, una bonita jack russell terrier que colecciona calcetines, da la mano cuando ve un premio cerca y persigue las pelotas como si su vida dependiera de ello. Al observarla disfrutar su pastel de carne reflexioné acerca de todo lo que un perro nos enseña y decidí plasmarlo en  5 actitudes y una maravilla que  cualquier ejecutivo podría aprender de mi mascota y con esto,  contribuir a que su equipo sea mas eficiente.

 

  1. Vive en el presente

Si, el tráfico estaba terrible, la junta tardó más de lo esperado y llegue 3­­­­0 minutos tarde, lo que para mi mascota  significa 30 minutos de espera para salir a olfatear, socializar y ejercitarse. ¿Qué hace ella? Sin reclamos, sin indirectas y sin ningún tipo de resentimientos mueve la cola pareciendo decir “ya estás aquí, no más tiempo que perder vamos a seguir con el plan”.

No estoy sugiriendo que fomentemos la impuntualidad pero a veces en el mundo empresarial invertimos tiempo valioso hablando de la falla y llenando los retardos de reclamos. Siguiendo el ejemplo de mi mascota deberíamos preguntarnos la próxima vez que algo no salga de acuerdo al plan ¿qué puedo hacer que beneficie al trabajo y a mi equipo? e invertir el tiempo en trabajar en lugar de en encontrar culpables.

 

  1. Esta al pendiente de sus prioridades.

Estamos tranquilas bajo las cobijas en una noche fría viendo televisión cuando mi esposo llega. ¿Qué hace mi hermosa mascota? De un brinco sale del sillón y corre como si no hubiera un mañana a recibirlo.  Para ella recibir a sus humanos es una prioridad y nada (de verdad que nada) le impide realizar esta actividad.

No pretendo que brinquemos ante la presencia de nuestros compañeros de oficina pero si que mostremos mucha pasión  al trabajar en nuestras prioridades, estemos alertas ante ellas y cuando se presente una oportunidad correr en esa dirección como si no hubiera un mañana.

 

  1. Insiste hasta que consigue lo que se propone.

En casa, cada mañana inicia para mi mascota con un juego de pelota. Entre el va y viene la dichosa pelota tiende a quedarse atrapada bajo los sillones o en algún rincón. Cuando esto sucede ella intenta solucionar el problema, se arrastra un poco, muerde un poco y destruye un poco hasta que lo logra. Cuando se plano no puede solicita ayuda en distintos tonos y de diversas maneras hasta que la pelota vuelve a su hocico.

No estoy diciendo que destruyamos nuestra oficina para conseguir nuestras metas, estoy proponiendo que ante un problema busquemos opciones, intentemos y si consideramos que está fuera de nuestra capacidad pidamos ayuda.

 

  1. Acepta sus errores

El mayor vicio de mi perra son los calcetines, los destroza hasta no dejar evidencia de su estructura. Así  que cuando en casa me encuentro que las calcetas nuevas han desaparecido se de inmediato quien es la culpable. ¿Cómo reacciona ella?. Hace sus orejitas para atrás y se muestra arrepentida, su lenguaje corporal dice “yo lo hice y lo lamento”.

Y aquí si sugiero que copiemos su actitud, considero que los equipos de trabajo serían más eficientes si aceptáramos nuestros errores (en lugar de ocultarlos) y adoptáramos una actitud cero defensiva para su solución. A fin de cuentas el primer paso hacia la solución de algo es aceptar la responsabilidad que tuvimos en el problema.

 

  1. Es leal

Y  lo es de una forma genuina, de verdad. Jamás ha amenazado con irse, nunca he escuchado que se queje de la marca de croquetas que come con los perros vecinos y no anda contando mis secretos con los gatos que rondan por el jardín. Es verdad que a veces me mira incómodamente mientras me llevo  un pedazo de carne a la boca pero nunca he recibido una queja del sindicato por maltrato psicológico.

Gran ejemplo, es común que escuche en mis talleres a empleados quejarse amargamente de su jefe, de la empresa, del sistema o de la política en turno… ¡Para!, realmente pienso que es una actitud muy mediocre y desleal hablar mal de la organización en la que trabajamos y una práctica que  le hace un daño enorme a los equipos  y afecta la productividad.

Si estas pensando ¡es que no conoces a mi jefe!, considera que a diferencia de mi perra tu si puedes cambiar aquello que no te guste, lidiar con aquello que no puedes cambiar y si de plano estas muy incómodo dejar la empresa en la que estas.

Y LA MARAVILLA es que todo le parece GENIAL, vamos de paseo ¡genial!, comida ¡genial!, ver la tele ¡genial!, pelota ¡genial!, viaje en auto ¡genial!, de visita con los abuelos ¡genial!. Que maravilla sería si viéramos, como mi mascota,  lo GENIAL en nuestro trabajo y en cada uno de nuestros compañeros.